jueves, 3 de mayo de 2007

Ella se llevó tus pasos
a su mundo de oro blanco,
donde no hay lugar suficiente
para mi improvisada poesía.

Y duele cada palabra
Yo con mis versos
no puedo comprarte flores
o tardes de concierto,
somos tan sólo letras y yo.
Y duele no ser de plata
Tengo un sótano color azul,
claveles y tulipanes,
fragmentos de papel en blanzo
y manos frías para ecribir,
una vida que flaquea,
ojos pequeños de llueven,
alas rotas de colores,
fotografías en el ropero.
Triste poesía en pedazos de cartón
Y sé que es muy poco
todo lo que tengo
visto desde tus ojos,
cuando sólo tengo estrellas
y no puedo darte diamantes,
pues mi única riqueza
es el beso que te guardo
debajo del colchón.

1 comentario:

Triste Infinito dijo...

Alégrate de no ser de plata, de serlo ni podría dolerte ni podrías alegrarte.

Él se dará cuenta de tu estúpida devoción, tal vez cuando se termine el dinero y se acabe de derretir tu corazón de pollo jeje.